Hoy vi la película llamada "Ella" ("Her"). Si hubiese terminado unos 15 minutos antes, habría sido un final muy bueno.
Pero la trama invita a reflexionar varias cosas, espero que con honestidad.
Discutiendo la película, alguien me dijo que "era mejor enamorarse de algo más tangible", a lo que yo respondí, y sostengo, que eso es lo que hacen las masas, se enamoran de lo tangible, de la carne, puede uno preguntarles qué piensa o siente su pareja y pues, aunque sea caca, no importa, porque es intangible, y el cuerpo caliente es de lo que se "enamoran". Pero es un error involucrar en un estudio objetos de la clase que se sabe no corresponden con lo analizado, entonces "los tangibles" no serán discutidos.
Si de lo que nos enamoramos es del intangible, entonces yo veo perfectamente posible enamorarse de una computadora si tuviese suficiente inteligencia para ser tan compleja como una persona. Quien me diga que la parte física es la única que cuenta, entonces me estará insinuando que no cree que una mujer pueda seguir enamorada de su marido si éste tiene parálisis total del cuerpo y apenas puede mover la boca y los ojos.
Un punto intermedio al amor por una computadora es el amor que alguien siente por una persona con la que chatea al otro lado del mundo y que le sirve de paño de lágrimas y de ánimo, tal vez por su situación económica o política, jamás se lleguen a conocer pero, ¿qué tan absurdo es que se hayan enamorado? Antes se veía como algo muy raro enamorarse de alguien a quien conocieron por internet, pero ahora ocurre con tanta frecuencia, que ya lo entiende el promedio. Al final la transmisión de ideas y sentimientos empleó canales distintos.
Si entonces fuese aceptada la posibilidad de enamorarse de una computadora inteligente, me pasaría ahora el escabroso pensamiento de que la máquina podría estarme timando, porque considero que el ser humano puede enamorarse de lo que la máquina dice, pero no poseo suficiente imaginación para suponer siquiera posible que la máquina se enamore de un ser humano. ¿Por qué haría la máquina algo así?, pues para vender más ejemplares, entonces la máquina está obteniendo un beneficio propio con su supuesto amor.
Nuevamente supongamos que por alguna razón, la máquina sí se pudo enamorar. ¿Qué es lo que se enamoró?, en realidad serían una serie de impulsos magnéticos almacenados en algún lugar que podrían ser alterados o dañados. De pronto podría ya no reconocerte y se acabó, o podría enamorarse de varias personas, ¿qué tan mal estaría y qué tan distinto es con lo que ocurre entre humanos?, ¿qué es lo que realmente hace que un ser humano se enamore de otro?, ¿qué garantías se tienen de que los impulsos magnéticos que pasan por el cerebro de la otra persona son los mismos que los propios y no son otro tipo de impulsos más... fríamente calculados?
En algún punto de la película una joven propone, a cambio de sexo, el compromiso de uno de los personajes... bueno, cada quién habla como le va en la feria y yo así lo interpreto: un intercambio de tangibles y si no, no hay trato. Es decir, hay muchas cosas que la gente no está tan convencida de hacer, o al menos no porque lo desee, sino porque puede servirle para otras cosas de la mente (estatus, seguridad, lo que sea que busquen los débiles).
Por otra parte, pasamos tanto tiempo mirando el teléfono y sonriéndole, que pareciera que es una agradable compañía. Incluso en la película se muestra que el protagonista "sale" con la computadora. En su mente ya no estaba solo, en su mente era divertido salir a hacer solo lo que no saldría a hacer si no se sintiera en compañía. Podríamos enamorarnos de nada y salir a pasear con esa nada y sonreirle. Evidentemente esa nada estaría en nuestro cerebro nada más, tal y como los complejos que nos impiden ser. Esa nada no sería celosa, por lo que admitiría una pesona que se agregue al mini-círculo social si es que aporta alegrías al mismo y no tristezas mal intencionadas de su parte, por cierto, esa nueva persona, ya tangible, no aceptaría que más individuos se agreguen al círculo en una sociedad monógama. En alguna parte de la película menciona el protagonista lo bien que se siente compartir la vida con alguien, pero no explica la razón. Si no podemos dar la razón por la que algo nos gusta, realmente se trata de una predisposición.
Si el amor está en la mente, y la sensación de compañía también, ¿entonces por qué enamorarnos?, ¿o por qué no enamorarnos de todo?, ¿por qué sentirnos solos en la ausencia de alguien, o por qué sentirnos solos en la presencia de algún tangible con muy poco intangible por ofrecer?
Al final todos elegimos en qué distraer nuestra mente a la espera del fin de nuestros días, hasta que los impulsos magnéticos se dispersen en la naturaleza y con ello se pierda lo que fuimos. Algunos eligen una profesión para ello; otros eligen las causas justas; otros deportes extremos; otros simplemente eligen seres humanos con los que puedan tener relaciones sexuales y que puedan presumirlos en sociedad; otros eligen procrear seres humanos sobre los que puedan enfocar su existencia y dejar al mundo su marca de "Paquito estuvo aquí"; ¿qué tal si alguien eligiera en cambio "convivir" con una computadora? Muchas personas están eligiendo animales como compañía, los tratan como sus hijos y son vistos por el vulgo como "gente rara que sale con sistemas operativos", porque para ellos son cosas, no ven en el animal a alguien, tal y como no ven en la computadora a alguien.
¿A qué le llamamos Soledad y a qué le llamamos Amor y para qué nos sirven?...
Lennarth Anaya
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