"Cada quién piensa como quiere", dicen las personas que lo último que quieren es pensar, aferradas a su conveniente verdad, se escudan en la libertad para evitar que se les señalen sus comportamientos que restringen las libertades de otros; siendo en este caso, cuando "pensar como quieren" se convierte en un crimen.
El querer debe ir antes del pensamiento, una vez que el proceso de pensamiento ha iniciado, los deseos no deben interferirlo.
Lennarth Anaya
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