sábado, 24 de julio de 2010

Filosofía de Facundo Cabral

Facundo Cabral
Facundo Cabral nació el 22 de Mayo de 1937 en La Plata, Provincia de Buenos Aires, Argentina.

Sus padres fueron Sara y Rodolfo, los cuales ya tenían dos hijos. Su padre abandonó el hogar dejando a su madre con sus tres hijos, los cuales emigraron hacia Tierra del Fuego, sur de Argentina.

Cabral tuvo una infancia dura y desprotegida, convirtiéndose en un marginal, al punto de ser encerrado en un reformatorio.

Al poco tiempo consiguió escapar y, según cuenta, encontró a Dios en las palabras de Simeón, un viejo vagabundo.

"Gracias a la soledad me conozco... algo fundamental para vivir


La vida no te quita cosas, te libera de cosas, te alivia para que vueles más alto, para que alcances la plenitud.


De la cuna a la tumba es una escuela; lo que llamas problemas, son lecciones.

No perdiste a nadie, quien murió, simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además, lo mejor de esa persona, el amor, sigue en tu corazón.

El que hace lo que ama, está condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar, porque lo que debe ser... será, y llegará naturalmente.

No hagas nada por obligación ni compromiso, sino por amor, entonces habrá plenitud, y en esa plenitud todo es posible y sin esfuerzo, porque te mueve la fuerza natural de la vida, la que me levantó cuando se cayó el avión con mi mujer y mi hija, la que me mantuvo vivo cuando los médicos me diagnosticaban tres o cuatro meses de vida.

A ti debes hacerte libre y feliz, después podrás compartir la vida verdadera con los demás. Reconcíliate contigo, ponte frente al espejo y piensa que esa criatura que estás viendo es obra de Dios y decide ser feliz ahora mismo.

Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la Tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Tenemos para gozar: la nieve del invierno, las flores de la primavera, el chocolate de la Perusa, la baguette francesa, la comida mexicana, el vino chileno, los mares, los ríos, el futból de los brasileños, las Mil y Una Noches, La Divina Comedia, El Quijote, el Pedro Páramo, los boleros de Manzanero, las poesías de Whitman, la música de Mahler, Mozart, Chopin, Beethoven; las pinturas de Caravaggio, Rembrandt, Velázquez, Picasso, Tamayo... entre tantas maravillas.

Ayuda al niño que te necesita, ese niño que será socio de tu hijo. Ayuda a los viejos y los jóvenes te ayudarán cuando tú seas viejo.

Además, el servicio es una felicidad segura, como gozar de la naturaleza y cuidarla para el que vendrá. Da sin medida. Ama hasta convertirte en lo amado; más aún, hasta convertirte en el mismísimo Amor.

Dios no te prometió días sin dolor, risa sin tristeza, sol sin lluvia; pero él sí te prometió fuerzas para cada día.

Cuando la vida te presente mil razones para llorar... demuéstrale que tienes mil y una razones por las cuales sonreir."

Cabral sabe que desde hace algunos años, su mayor cruz es una enfermedad ocular que le está arrebatando la visión, un desprendimiento de retina.

- ¿Qué cosas le hace sentir el ver cada vez menos?

El mundo es tan bello, que me distrae
- Pensar mejor, pensar más. Hay un caso extraordinario en la historia: Demócrito se hizo quemar los ojos, decía: "Para poder pensar, porque el mundo es tan bello, que me distrae". Es como cerrar los ojos antes de dormirte y ves al mundo de una forma diferente. Además, yo ya vi tanto. ¡Caramba, el mundo es tan bello!, flores, reptiles, mares, océanos, volcanes, osos polares, hasta hay delfines rosados; las mujeres, que son tan bellas... ¡Dios, el mundo es una fiesta! Por eso nunca entendí a la gente que se aburre y se siente pobre, no la entiendo.

"La vida es generosa. La vejez es la estación serena de la vida. Lo único que se desbarata es el cuerpo, pero yo no soy el cuerpo, el cuerpo es un vehículo. Yo soy mi espíritu, mi alma y las ideas que arman mis neuronas. Dios me dio esto y aprendí a querer lo que me dio... y le estoy sacando partido." - Así lo cree Facundo Cabral.

Fuente: Correo electrónico.

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