"El destino sólo escucha una vez. Las grandes oportunidades sólo se dan una vez en la vida. Las oportunidades son para quien las toma."
Intentan atemorizarme y llenarme de incertidumbre. Soy yo el que se verá beneficiado de toda transacción económica, social y afectiva que se me presente, como si no fuese yo valioso para la misma.
Jamás sugeriría que arrogantemente se desprecien las oportunidades, hay que valorarlas y ofrecer lo mejor de nosotros, pero sin denigrarnos nunca.
Antes de la última oportunidad que "amablemente alguien me cedía", hubo muchas personas que amablemente también me cedían otra última máxima oportunidad. Muchas de las nuevas oportunidades fueron mejores que las anteriores, atesoré sólo aquellas que respetaron mi dignidad y no me arrepiento de aquellas que no tomé.
Parece más difícil el camino que no conlleva al atajo, pero honestamente me parece imposible de resistir la posición del adulador y del sumiso.
Lennarth Anaya
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