domingo, 7 de junio de 2009

Amor

Quien conoce el amor verdadero no se conforma con evitar la soledad, no se conforma con una relación estable con altibajos; porque lo que único que puede aceptar es un amor tan profundo, que las palabras no sean necesarias para expresar el mutuo respeto que existe, una alegría inmensa, la admiración, la compasión, la confianza y la honestidad:
  • Alegría por el sólo hecho de saber viva, sana, segura y alegre a una persona, alegria por el sólo hecho de que respire, piense, sienta, se pueda comunicar.
  • Admiración por el camino recorrido, admiración por haber asimilado el sufrmiento y las alegrías vividas para adoptar la personalidad única que tiene, la correcta dentro de tantas personalidades que pudo haber adoptado.
  • Compasión porque por nada del mundo se le desea sufrimiento al ser amado, aún cuando se haya sufrido por su causa; aunque no ama ciegamente, si le es causado daño intencionalmente, simplemente entiende y se aparta sin revanchas. Causar celos intencionalmente es denigrante para quien sabe amar.
  • Confianza y honestidad porque no hay engaños ni secretos, así como uno no puede engañarse a uno mismo, no puede hacerlo con el ser querido, porque además algo real no se puede crear sobre falsas expectativas. Con confianza se puede ser dócil y entregado sin temor a abusos, no existen los juegos de poder.
Los pleitos de pareja son algo común y comprensible para el individuo que no sabe amar, porque solapa la actitud de conflicto provocada por el egoísmo de las partes, sentimieno totalmente opuesto al amor; conflictos que de todas formas serán resueltos hasta que los quesque enamorados piensan un poco en la pareja y deciden acceder un poco en lo que en un inicio no pudieron hacer por falta de amor real. Si los desconocidos pudieron resolver las diferencias que implican la coexstencia en una ciudad sobrepoblada, no hay razonamiento lógico que justifique el conflicto irresuelto entre personas que se aman.
Cuando en verdad amas a alguien, no necesitas que te pida respeto, acorde a la cultura, como la fidelidad en una civilización monógama. No necesita fingir dicho respeto porque le nace, esto ocurre hasta en los individuos con menor educación.
Quien ama de verdad entiende, que cuando se le disculpa un error, no es porque el ser amado se encuentre bajo un hechizo irrompible de amor, es por comprensión a su imperfección, totalmente lo contrario a la estupidez o debilidad, la comprensión implica inteligencia y el perdón implica valor.
Entiendo cuando alguien cambia por amor, siempre y cuando sea para mejorar para nunca más volver a adquirir los defectos corregidos; aún perdiendo el amor que le hizo mejor persona. Porque cuando alguien ama profundamente todo lo ve más optimista, pero dejar de lado esos pensamientos una vez habiéndolos adquirido, ya sea por costumbre o por perder el amor, sería haber sido falso todo ese tiempo condicionando la personalidad a la mera posesión de un supuesto amor.
Quien ama de verdad jamás sentirá celos por el éxito de la pareja, y jamás alardeará por los propios, porque ambos son éxitos que se sienten como propios.
No existirían entonces los prejuicios, porque se vería con mayor claridad aquello que la cultura ha reprimido absurdamente del amor real.
Las intrigas, los celos y todo aquello que genere desconfianza serán infiernos tan lejanos para quienes aman de verdad, que jamás caerán en las manos equivocadas de quienes las disfrutan y provocan, porque son tan evidentes que ni la chispa inicial de amor cegará la vista del verdadero amante.
Quien aspira al amor real no tiene tiempo de revanchas, porque convertirse en más de lo mismo no puede estar ni siquiera en su vocabulario. Aún cuando en la sociedad en que se viva predminen la traición o el sexismo, se mantiene firme en sus ideales, porque el amor propio que produce la integridad vale tanto, que es suficiente para soportar la soledad; pues si bien es triste que no se tenga con quien compartir las penas, los logros, los nuevos retos y expectativas, también es cierto que compartirlos hipócritamente con la persona no indicada es mucho más triste y mediocre. La firmeza en el dolor siempre provocará que se valore más al ser amado cuando se le encuentre, después de haberse sabido en soledad sin garantía alguna de encontrarle, y de haber observado tanto de lo que no se quiere.
Quien ama lo hace aún cuando no es correspondido, sabe dejar ir y ofrecer así su apoyo incondicional. Quien ama no intenta forzar, ni siquiera intenta convencer al ser amado de que le corresponda, porque algo así no sería amor.

Tauro Mx

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